martes, 15 de septiembre de 2009

La culpa era del chiquito


El carnero hizo como siempre una monta rápida. En unos 15 segundos eyaculo uno o dos cc de semen y se produjo el renovado milagro. Se fecundaron tres óvulos.
Y ahí fueron creciendo los tres corderos muy unidos (es un decir porque no tenían mas opciones) en la panza de su mamá. A los dos meses y medio de preñez se murió Hugo. Se habían puesto ellos mismos Hugo, Paco y Luis porque escucharon que el hijo del dueño los nombraba y les parecieron buenos nombres.
-¡Que macana!- Dijo Paco -¡Este loco se viene a morir ahora y lo tenemos que aguantar hasta que salgamos!-
-¡Y bueno!- Reflexionó Luis -Por lo menos no lo vamos a extrañar-
Se vé que Luis iba a tener un caracter mas bonachón.
Cuando ya iban cinco meses de preñez la mamá se enfermó.
-¡Ché Luis! ¿Oiste lo que dijo el veterinario?
-¡Nó! Estaba distraído ¿Qué dijo?
-Que mamá tiene toxemia de la preñez y que la culpa es nuestra, porque esto le pasa a muchas ovejas melliceras-
-¡Mirá vos!... Decí que Hugo se murió, sino la cosa sería mas grave porque seríamos tres... Ja Ja-
-¡No seas boludo Luis! Esto es serio. Dijo el doctor que capaz que no aguanta el sogazo-
-¿Y no estará enferma por culpa de Hugo? ¿No has sentido el mal olor que larga?
-¡Que se yo! La cuestión es que estamos jodidos-
-¡Que lastima ¿Nó? Ahora que nos faltaba tan poquito para nacer-
-¡Y bueno! ¡Así es la vida! Dijo Paco. Y se quedaron quietitos.
Al día siguiente murieron los tres, y entonces, al hacer la necropsia, me encontré los dos corderos casi a término y un chiquito que debió morir en la mitad de la gestación.
¡Cosas que pasan!

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