jueves, 17 de septiembre de 2009

La increíble historia del Milano Blanco

Este es un Milano blanco aleteando en el aire mientras busca una presa. Perdonen la mala calidad de la foto pero la saqué hoy en un viaje al campo.


Las comunidades animales (incluyendo las humanas) suelen alterarse mucho si se las somete a situaciones de stress que no pueden compensar. El ejemplo tal vez mas conocido es el de los lemmings. Estos pequeños roedores europeos, cuando su población crece demasiado y la competencia por el alimento se hace insostenible, emprenden una caravana interminable hacia el mar del Norte. Al llegar a los acantilados de la costa simplemente siguen caminando y mueren de a miles por el golpe al caer, o ahogados en el mar. En nuestro país sucedió algo así con los famosos "Chupacabras". Al final se comprobó, a pesar de los descules de Chiche Gelblung, que eran una población de ratones que adoptaron esta conducta aberrante por alguna situación especial. Y así como empezaron a comer los cadáveres de manera tan curiosa, de pronto dejaron de hacerlo.
El caso que me ocupa, comenzó una tarde en que entró Roberto S. en la veterinaria y me dijo de lo mas campante:
-¿A que no sabés lo que esta pasando en el campo?-
-¡La verdad que nó sé!- Dije yo.
-Anda un pajarraco que le come la lengua a los corderos-
-¿Y? Será un chimango o algún carancho ¿Que hazaña es esa?
-¡Nó! ¡Que chimango! Es un pájaro blanco y gris. El tipo espera que los corderitos hagan ¡Beee! pega un salto y les arranca la lengua-
-¡Andá! ¿Les come la lengua estando vivos? Dije yo, mientras me iba a buscar la Guía de la aves de Narosky. Estaba seguro de que no podía pasar semejante cosa.
-¡Y sí!- Dijo mientras miraba las fotos -¡Este es!- Y señaló al Milano blanco o Elanus leucurus.
Aunque les suene increíble, lo que me dijo Roberto era cierto. En los días siguientes llegaron varios clientes de la zona, a decirme que se les morían los corderos de 4 o 5 días y no sabían por qué. Invariablemente, en mis visitas al campo, encontraba los corderos muertos con la lengua comida casi totalmente y algo de sangre en las comisuras, que indicaba que a la lengua se la habían cortado estando todavía vivos. Bastaba con espantar a tiros a los malechores y encerrar las ovejas donde se las pudiera vigilar, y la mortandad se terminaba.
Lo gracioso fué que en esos días llegué a la Facultad a dar clases y, al pasar por el área de patología, ví que uno de los docentes estaba haciendo la necropsia a un cordero rodeado de 5 o 6 alumnos.
¿Nó será? Pensé.
Apenas me acerque a la mesa de trabajo, ví la lengua cortada y la sangre característica. Como el caso del Milano blanco no era una cosa que se supiera, las especulaciones del docente, que no encontraba lesiones internas, andaban por problemas metabólicos de la madre y otras cosas medio difíciles. Juntando coraje, le conté lo que estaba pasando desde hacía algunos meses. Me acuerdo que me miró fijo y no dijo nada. Prudentemente dí vuelta y me fuí. No sé si se enojó porque destruí su rebuscada hipótesis o porque creyó que le había dicho una pelotudez.
De todas maneras, este asunto se dió solo aquel año y nunca mas se repitió, pero yo aprendí a ser todavía mas humilde y escuchar con atención.

6 comentarios:

  1. Interesantisima historia. Nunca hubiera imaginado que sucedieran este tipo de cosas. Nadie se dedico a estudiar mas a fondo el asunto?

    Felicitaciones por el blog, es muy bueno!!!

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  2. ah y gracias por presentarme al Milano Blanco!! Lo suelo ver al costado de la autopista, suspendido en el aire como un colibri. Nadie supo responderme que ave era, pense que no lo iba a averiguar nunca.

    http://www.youtube.com/watch?v=aqwIuG1YXNU
    http://www.avespampa.com.ar/Milano_Blanco3.jpg

    Saludos!

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  3. Buena la historia en si resalta lo importante que es observar con atención, no desacreditar sin fundamentos a los demás como aceptar otros puntos de vista.

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  4. A langus: Gracias por el comentario. Ando siempre atras de las aves de la zona y me divierte mucho. Es cierto lo de la semejanza del Milano, al detenerse a acechar sus presas en el aire, con el aleteo de un colibrí.

    A Hernán: He aprendido muchísimo en tantos años de vivir con la gente del campo. Conviven con los animales y la mayoría son observadores.

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  5. Lamentablemente fuimos victimas de ese pajarraco,recuerdo que ese año no pudimos saborear corderos,es mas justo fue el año que queriamos agasajar al DR: JORGE en la manga con un gran asado luego de lidiar toda la mañana con raspajes de toros.........

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  6. Che Gaston!!!! De esto pasaron unos cuantos años ¿Todavía no se recuperó la majada para el agasajo? Ja Ja

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