9 de julio.
Me tocó quedarme en San Manuel, así que aproveché el feriado para hacer análisis, lavar ropa y ordenar cosas. A mediodía la radio me dio la noticia. Asesinaron a Facundo Cabral en Guatemala.
Medio confundido me fui hasta la cocina a renovar el mate, tratando de asimilar la idea.
Ustedes ya saben que Benitez siempre está ahí con ganas de conversar y pareciera que el tipo me adivina.
-¿Qué te pasa Jorge? ¡Tenés peor cara que cuando te agarró la culebrilla!-
-¿Oíste lo que dijo la radio?- Le pregunté
-¡Como voy a oír si te la llevás a la oficina y me dejás acá de clavo!
-¡Se murió Facundo Cabral! ¡Lo mataron en Guatemala!-
-¡Pobre hombre! ¿No? Pero no te enojes. No tengo ni idea de quién era-
-¡Otra que pobre hombre! Se mandó la última gran jugada de su vida. Facundo fue un espíritu libre porque nunca se inclinó ante nadie. Solo ante Dios. Y un cuerpo más que libre, porque se dedicó a vagar por el mundo entero desde sus primeros años. Ni casa quiso tener. Todo lo suyo iba en una valijita junto a la guitarra. Y en su cabeza en forma de poesía. Una vida de novela que no pudo tener mejor final-
-¿Te parece? ¿No estás exagerando?-
-¡Para nada! Tuvo una muerte de película. Asesinado a balazos en un país lejano, por terroristas asquerosos, después de otra noche increíble de idilio con el público. Antes de despedirse, cuentan que repitió: ¡Y después veremos lo que pasa! ¡Dios sabe lo que hace!-
-¡Que lo parió! Dijo Benitez ¿Entonces estás contento o triste?-
-¡Estoy contento y triste Benitez!-
Me tocó quedarme en San Manuel, así que aproveché el feriado para hacer análisis, lavar ropa y ordenar cosas. A mediodía la radio me dio la noticia. Asesinaron a Facundo Cabral en Guatemala.
Medio confundido me fui hasta la cocina a renovar el mate, tratando de asimilar la idea.
Ustedes ya saben que Benitez siempre está ahí con ganas de conversar y pareciera que el tipo me adivina.
-¿Qué te pasa Jorge? ¡Tenés peor cara que cuando te agarró la culebrilla!-
-¿Oíste lo que dijo la radio?- Le pregunté
-¡Como voy a oír si te la llevás a la oficina y me dejás acá de clavo!
-¡Se murió Facundo Cabral! ¡Lo mataron en Guatemala!-
-¡Pobre hombre! ¿No? Pero no te enojes. No tengo ni idea de quién era-
-¡Otra que pobre hombre! Se mandó la última gran jugada de su vida. Facundo fue un espíritu libre porque nunca se inclinó ante nadie. Solo ante Dios. Y un cuerpo más que libre, porque se dedicó a vagar por el mundo entero desde sus primeros años. Ni casa quiso tener. Todo lo suyo iba en una valijita junto a la guitarra. Y en su cabeza en forma de poesía. Una vida de novela que no pudo tener mejor final-
-¿Te parece? ¿No estás exagerando?-
-¡Para nada! Tuvo una muerte de película. Asesinado a balazos en un país lejano, por terroristas asquerosos, después de otra noche increíble de idilio con el público. Antes de despedirse, cuentan que repitió: ¡Y después veremos lo que pasa! ¡Dios sabe lo que hace!-
-¡Que lo parió! Dijo Benitez ¿Entonces estás contento o triste?-
-¡Estoy contento y triste Benitez!-
Tomá la guitarra y entoná. Así Benítez va a conocer y también disfrutar de la sabiduría de Facundo Cabral. Estamos de acuerdo con tu comentario. Un saludo necochense.
ResponderEliminarMucha pena por la muerte de una persona inocente, dicen que fué una equivocación de identidad, estos bandidos no saben ni hacer su mal trabajo, pero ya este gran hombre, siempre estará en la mente de sus seguidores con la misma figura y talante, la muerte lo ha hecho eterno.
ResponderEliminarSaludos penosos de Gabriel.