viernes, 29 de julio de 2011

Revisando mis planes

Hace poco me puse a revisar mi plan de trabajar en el campo hasta los 100 años después de una conversación con Telesforo Caballero. Parece que pasando cierta edad, el cuerpo humano empieza a fallar bastante y conviene tener una actividad algo más reposada.
Don Telesforo es cabañero. Hace años que cría Angus negro y vende muy buenos toros, pero es un obsesivo del trabajo. Todo lo quiere hace él mismo y anda hasta en los menores detalles. El dato sorprendente es que con sus 83 años, sigue trabajando con sus animales como a los 50.
Ese día habíamos terminado de capar unos ternerones que descartó de la cabaña por distintas causas, y nos sentamos en las tablas de la manga, a tomar el infaltable mate cocido que lleva siempre en un termo.
Empezamos hablando del tiempo y los barros de los últimos días y entonces el pluma, su ayudante, se rió y le dijo: -¡Cuentelé lo que le pasó anteayer Telesforo!-
-¡Uh!- Dijo el hombre -¿Vio el camino que va al piquete del fondo? ¡Bueno! ¡Me encajé!-
-¿Con la camioneta?- Le pregunté. Mientras pensaba que el asunto no tenía nada de especial.
-¡No! ¡A pie!-
-¿Cómo que a pie?-
-¡Sí! Me metí en el pantano para apartar dos toros que estaban peleando, y las botas de goma me hicieron sopapa en el fondo y quedé pegado-
-¡Capaz!- Dije con asombro
-¡Sí! No podía moverme ni sacar las botas, y encima, el pluma estaba lejos, así que me quedé quietito y esperé que llegara. Tardó como media hora y yo ahí parado-…
Mientras contaba se mataba de risa. Y agregó:
-Cuando llegó el pluma me preguntó que quería que hiciera, así que le dije que me alcance la punta del lazo y una vez que lo agarré, me tiró con el caballo de la orilla y me sacó. Por suerte no pasó nada-
Y el pluma, lagrimeando de alegría por el cuento dijo: -¿Qué no pasó nada? Lo arrastré de lomo por el barro como veinte metros y después tuve que entrar a sacarle las botas del pantano ¡Y bueno! Yo le digo que se deje de joder y no se meta con los toros pero insiste. Cualquier día lo van a pasar por arriba.
Entonces fue que me puse a pensar en lo que sería yo trabajando en la manga en un corral lleno de barro a los 90 años.

2 comentarios:

  1. Esa es una cuestión que no la tenemos muy en cuenta, no nos enteramos que cuando se van cumpliendo años, hay que ir moderando las actividades, pero donde se pone el limite. Ese tope no es una linea, no es el tiempo, son las facultades las que nos dan el limite de las labores. Unos antes y otros despues, pero todos pensamos que a nosotros no nos ha llegado la hora de disminuir el trabajo.
    Lo que si es verdad, es que porque llege una fecha de jubilación, esa es la fecha de parar en el trabajo "oficial", que las aficiones esas no las debemos de dejar de lado.
    Que cada cual mire para sus adentros y valores sus cualidades para ir aceptando las limitaciones, que no es un mal, es una lógica de la edad que ya se ha disfrutado.
    Amigos mayores, no os conformeis con una vida sedentaria y monotona, esa vida hay que disfrutarla, pero de la mejor manera y en sus tonos adecuados.
    No hay cosa más desilusionante que ver a una persona "mayor", querer parecerse a un jovencito, y cada vida tiene sus ilusiones.
    Saludos desde España ed Gabriel.

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