lunes, 7 de junio de 2010

Ayudantes de limpieza

Terminamos de revisar el caballo colorado.
Tenía un sobrehueso sobre la tibia derecha, que se formó después de que se lastimara en un alambrado.
-¿Vamo a tomar mate?- Me preguntó Laureano
-¡Y bueno! Me tomo dos o tres y sigo viaje porque tengo mucho que hacer- Le dije
-¡Que cosa dotor! Siempre apurado ¡Si el trabajo no lo vá a terminar usté!-
-¡Es verdad! Dije ¡Pero así estamos!-,,, completé en una típica charla al pedo.
El hombre es muy sucio. Creo que si lo hubiera visto Sarmiento hubiera dicho que es la imagen viva del gaucho que tanto le disgustaba. Entramos a la casa. Él con las botas llenas de barro. Metió dos palitos mas a la cocina económica y puso la pava a calentar. La mesada estaba tapada de platos sucios, una olla con guiso viejo, restos de galleta dura, un jarro enlozado donde se vé que el tipo toma el café con leche, y una jarra con leche cortada,
Se sentó en un banquito bajo al lado de la cocina y a mí me dejó la silla. Empezamos a charlar de caballos y vacas mientras tomábamos mate, y de pronto le digo:
¡Mire atrás suyo viejo! ¡Tiene visitas!
Es que entre las migas de la galleta, andaba un enorme lauchón que agarraba los pedazos con sus manitas, y cada tanto nos miraba confianzudo mientras comía rapidito como comen todas las lauchas.
Laureano largó la risa -¿Cómo anda amigo?- Le dijo al bicho -Este es Juanito dotor. La Paulina debe andar por ahí nomás. Estos bandidos me ayudan a limpiar la cocina- Dijo, y se volvió a reír
¡Que lo parió! Pensé yo.

2 comentarios:

  1. jajajajajajaja

    me encantan estas anecdotas !

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  2. A Claudia
    ¡Sí! Son divertidas... Y lo mas grande es que algunos creen que son inventos y son todas reales. Saludos desde San Manuel

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