sábado, 5 de junio de 2010

Hay que vivirlo

¡No hay caso! Hay que vivirlo para saber lo que se siente.

Pensar que hay millones de personas que habitan las ciudades que nunca pasarán por esto.

El chorro grueso, potente y cantarín cae desde lo alto pegando rudamente en la tierra áspera y voladora.

El líquido manantial parece interminable estela y vapores danzantes se desprenden de la catarata, mientras uno mira complacido.

Y una enorme paz nos llena el cuerpo mientras se oye el alegre chapoteo que poco a poco va formando una lagunita tumultuosa, cubierta por blanca espuma,

¡Que placer bajarse a mear en una tranquera!

1 comentario:

  1. jajajaja Muy bueno Doc, es cierto, y luego te sentas en la camioneta con una sonrisa de oreja a oreja y exclamaS un pequeño suspiro de confort, UN ABRAZO, NOS VEMOS!!!!!!!

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